CUIDA TUS PENSAMIENTOS

Tus pensamientos forjan tu vida

«Cuida tus pensamientos porque se convertirán en palabras. Cuida tus palabras porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se convertirán en hábitos. Cuida tus hábitos porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida...»

Esta es una de las muchas citas de Gandhi, quien defendió que los cambios empezaban por uno mismo y, a su vez, estos debían reflejarse en los detalles más insignificantes de la vida cotidiana.

Durante su vida vivió acontecimientos muy desafiantes , lo que le llevó a implicarse personalmente en la actividad política y social de su época. Hizo un gran cambio de vida, el cual implicó que promulgara y practicara el principio de Satyagraha: la resistencia a la tiranía a través de la desobediencia civil pasiva, no violenta. Fue reconocido como uno de los más grandes líderes políticos y espirituales de la época. Honrado en la India como el padre de la nación.

Hoy en día a Gandhi se le conoce como uno de los grandes símbolos del pacifismo por introducir novedosas estrategias de desobediencia pacífica y del rechazo a la lucha armada durante el siglo XX. 

Sus pensamientos siguen teniendo vigencia hoy en día y sus frases son citadas mundialmente como lecciones de vida, siendo un referente moral y ético para muchas personas.

Gandhi es un claro ejemplo del poder tan grande que reside dentro de cada uno de nosotros, y de cómo cada pensamiento, palabra y acción que creamos, pueden llevarnos a la vida que realmente queremos vivir.

Por tanto, a partir de ahora, de este preciso momento, te invito a que empieces a construir la vida que quieres. 

¿Cómo? -empezando por cuidar tus pensamientos. 

Y si me preguntas si esto es posible, te diré que sí, que podemos empezar por trabajar esas creencias limitantes que no te dejan avanzar. 

Recuerda que todo camino comienza con un primer paso.

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ESTABLECER OBJETIVOS

 

La importancia de establecer objetivos

A lo largo de la vida se escucha, a la mayoría de las personas, pedir desde la carencia o decir lo que no quieren en sus vidas: «yo solo pido salud» o «no quiero enfermar», «que no me falte el dinero» o «no quiero quedarme sin dinero»,...

Cuando se pide desde la necesidad, el mensaje que se manda al "universo" y que recibe la mente inconsciente es de "falta" o carencia, es decir, si yo pido salud, estoy dando por echo que no la tengo y mi mente así lo cree.

Al decretar lo que no se quiere, el foco de atención inconsciente se dirige hacia eso exactamente, con lo cual, se le están dando mensajes contradictorios sin darse cuenta y la mente se direcciona justo hacia donde no se quiere ir.

La mente funciona por direcciones

En otros casos, aunque parezca que el objetivo está claro, se invierte mucha energía en conseguirlo pero finalmente no se consigue lograr. Esto sucede cuando se realizan muchas acciones y se invierte una gran cantidad de tiempo respondiendo a los «porqué» de los motivos iniciales.

Es muy legítimo hacer algo porque es lo que quiero y esas razones son un motor de energía increíble. Lo que en algunas ocasiones ocurre, es que llega un punto, en que se pierde el horizonte y parece que no se llegue a conseguir, a pesar de los esfuerzos. Y es que el secreto está en que no se ha formulado la pregunta correcta: ¿para qué?

Cuando establecemos objetivos, es genial contar con todas las herramientas de las que disponemos para lograrlos, las respuestas a los «porqué» nos dan la motivación y las estrategias a llevar a cabo, nos llevan hacia experiencias del pasado; en cambio, las repuestas del «para qué» nos proyectan hacia el futuro, dando la dirección a la mente de dónde se quiere llegar. De echo, en algunos casos, puede resultar que el objetivo que se pretendía conseguir, al hacer una proyección al futuro, resulta que no era el apropiado ni el deseado.

Así que cuando decidas establecer una hoja de ruta para conseguir un objetivo, te invito a que el eje central de tu motivación sea «para qué quiero conseguirlo» y, de esta manera, obtendrás una información magnífica y darás en el centro en la diana.

¿Qué quieres conseguir y para qué?

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PERDONAR

 

Perdonar es un proceso liberador

Probablemente, en algún momento de tu vida, te has sentido herido por las acciones o las palabras de una persona en quien confiabas, llegando a provocar unas heridas emocionales que se convirtieron en sentimientos de enojo, rencor o venganza.

Este tipo de sentimientos quedan albergados en el interior y, si se sostienen en el tiempo, pueden llegar a tener un coste muy alto para la salud y el bienestar.

¿Qué significa perdonar?

Existen diferentes significados para este concepto. 

Aunque por definición sería olvidar una falta u ofensa recibida, o dejar libre a una persona de una obligación o castigo; realmente perdonar implica tomar la decisión de sanar el dolor que provoca el rencor y dejar atrás los pensamientos de venganza.

De hecho, perdonar no significa olvidar, ni encontrar excusas para el daño que se infringió, ni reconciliarse con la persona que causó el daño. Perdonar es liberarse de esos sentimientos que van dañando a la persona que los alberga para vivir en paz y en armonía.

¿Qué pasa si no se quiere perdonar?

Si no se aprende a perdonar, y el resentimiento toma el control, estos sentimientos nocivos pueden dañar a la persona de múltiples maneras. Puede que en cada nueva relación se arrastre la ira y la amargura pasadas, impidiendo que se disfrute de las experiencias presentes. En ocasiones se llega a ser escéptico a la hora de mostrar confianza por el miedo a la traición, perdiendo la oportunidad de conectar con otras personas. Quizás se esté en conflicto con los propios valores y creencias al albergar este tipo de sentimientos y se empiece a manifestar ansiedad o depresión. Y finalmente puede llegar a manifestarse a nivel físico provocando problemas de salud.

¿Qué implica perdonar?

Al comprender que perdonar implica un bienestar físico, emocional y espiritual, resulta muy productivo realizar este acto de amor a uno mismo. 

Es una decisión de poder personal, una toma de consciencia sobre los sentimientos que se albergan y una liberación de las ataduras hacia los demás. Y aunque recuerdes el acto que te hirió o te ofendió, perdonar disminuye el poder que esto tiene sobre ti y permite que te liberes del control de la persona que te hirió. 

Beneficios de perdonar 

Dejar atrás los rencores y la amargura puede dar lugar a una mejor salud y más tranquilidad, ya que trae consigo paz, esperanza, gratitud y alegría.

Al liberar los sentimientos nocivos se consigue un equilibrio emocional  que permite mantener relaciones sanas, mejorar la autoestima, reducir la ansiedad y el estrés, aumentar la confianza, vivir agradecido y sentirse coherente con los propios valores y creencias.

¿Empezamos por perdonarnos a nosotros mismos?

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OBJETIVOS Y ATRACCIÓN

 

Ley de Atracción

Es interesante conocer como algunas de las leyes fundamentales del Universo se corresponden perfectamente con la explicación de cómo funciona nuestra mente, desde un punto de vista psicológico, y, a su vez, con muchas de las premisas de la Programación NeuroLingüística.

En este caso voy a explicar esta correlación con la "ley de la Atracción".

La ley de la atracción postula que los pensamientos, tanto conscientes como inconscientes, influyen sobre nuestra vida, ya que en sí mismos son unidades energéticas que influyen y modelan nuestra realidad.

Esto significa que todos los pensamientos conscientes e inconscientes, incluidos emociones, creencias o deseos, provocan consecuencias afines a lo que se desea, o dicho de otro modo, provocan «vibraciones armoniosas de la ley de la atracción».

Para conseguir una perfecta armonía entre los pensamientos y el poder de la atracción, hay que tener en cuenta cuatro premisas fundamentales:

• Saber qué es lo que quieres y formular la petición.
• Enfocar los pensamientos sobre el objetivo deseado con sentimientos de entusiasmo y gratitud.
• Sentir o comportarse como si el objetivo deseado ya hubiera sido obtenido.
• Estar abierto a recibirlo, es decir, sentir que lo mereces.

La primera premisa es la más importante y, en ocasiones, difícil de conseguir, ya que la tendencia habitual es pensar en lo que uno no quiere. Según este criterio, si centras la atención en lo que no quieres o no tienes, se manifiesta en perpetuidad el no tener.

A nivel psicológico, cuando aprendemos como funciona la mente, esta ley cobra mucho sentido, ya que tanto a nivel consciente como inconsciente, se crean imágenes o pensamientos en los que se enfoca nuestra atención y llegan hasta cambiar nuestro estado de humor.

En PNL, cuando trabajamos con la definición de objetivos, una premisa fundamentales es que la mente funciona por direcciones y, por tanto, necesita una descripción muy específica de lo que sí queremos para acercarnos a ello. Por tanto, es muy importante saber y especificar lo que se quiere conseguir, para que nuestra mente inconsciente se alíe con nosotros y nos ayude a obtener todos los recursos necesarios para conseguirlo.

Una vez definido el "deseo" u objetivo que queremos alcanzar, es fundamental establecer pequeños objetivos intermedios, pequeños logros que nos indiquen que vamos en buena dirección y que mantengan nuestro entusiasmo. 

Un ejercicio muy eficaz, para reforzar lo anterior, es realizar visualizaciones como si ya lo hubieras conseguido, es decir, ser consciente de que verías, escucharías y sentirías cuando lo hayas logrado.

Y finalmente, se chequea si lo que queremos conseguir es bueno para nosotros y nuestro entorno. O lo que es lo mismo, si realmente lo queremos conseguir.

Tras esta breve explicación, se puede apreciar lo importante que es tener pensamientos positivos y cómo definir lo que sí queremos conseguir es la clave del éxito.

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CÓMO TE HABLAS

Mejor amigo o peor enemigo

Puedes ser tu mejor amigo o tu peor enemigo sin que te des cuenta. Todo depende de lo que digas, porque tu mente va a creer firmemente lo que escuche de tu boca.

Como ya he comentado en otro post (avanzando hacia el cambio), si te  dices que no puedes, no podrás; si crees que esto no es para ti y en tu diálogo interno lo repites, finalmente no harás ningún esfuerzo por conseguirlo y no será para ti.

Pero, además de cómo nos hablamos, también sería muy apropiado tener en cuenta cómo hablamos con los demás, ya que nuestra mente lo registra todo. El cuerpo es una caja de resonancia donde la vibración de todas las palabras que emitimos quedan registradas en nuestra psique.

Si al mantener un diálogo hablamos desde la queja, nuestra mente inconsciente percibirá y creerá que algo anda mal en nuestra vida.

Si se critica o se habla mal de alguien, las palabras que emitimos quedan registradas como si habláramos de nosotros mismos, por lo que a nivel inconsciente esta información queda impresa y puede generar creencias muy limitantes. De hecho cuando se insulta a otra persona es como si nos insultáramos a nosotros mismos.

¿Cómo hago para aliarme con mi mente?

Un buen ejercicio es grabarnos cuando estemos hablando con amigos o familiares para, posteriormente, prestar atención a lo que decimos y cómo lo decimos.

Si te das cuenta que la mayor parte de tu diálogo es muy limitante, puedes ir cambiando el modo en que te comunicas y verás cómo empiezas a estar mucho mejor contigo mismo.

Si entendemos que la mente inconsciente no sabe de ironías, será más sencillo utilizar bien el lenguaje.

Cuidar las palabras es muy importante para una buena salud y equilibrio.

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CAPACIDAD DE PENSAR

 

No soy mis pensamientos, yo soy el que pienso

En nuestra mente se cruzan miles de ideas, seamos conscientes de ello o no, y podemos llegar a tener 60.000 pensamientos al día.

Un estudio confirma que la mayoría son negativos. Los pensamientos negativos son aquellos que emiten un juicio negativo sobre los demás  o sobre nosotros mismos, y van acompañados de emociones dañinas como la ira, la rabia, el odio, la frustración y sobre todo el miedo. Estos pensamientos nos restan energía y pueden llegar a dañarnos tanto emocional como físicamente.

Cada pensamiento crea una energía y vibración que las personas de nuestro entorno captan a nivel inconsciente. Esta es una de las causas de los cambios de humor que a veces sufrimos sin darnos cuenta según con quien nos encontramos.

Considerando cómo los pensamientos afectan a nuestra salud y a las personas que nos rodean, es importante saber que todos somos responsables de los pensamientos que albergamos en nuestra mente en cualquier momento, y que tenemos la capacidad de pensar lo que deseemos.

¿Cómo elijo mis pensamientos?

Un buen principio es ser consciente de que «yo soy el que pienso», ya que en muchas ocasiones tenemos la sensación de ir en "piloto automático", y llegamos a pensar que son los pensamientos los que dirigen nuestra vida sin que podamos hacer nada.

Tomar consciencia de los pensamientos es cuestión de entrenamiento y una buena técnica es la meditación. Meditar es relajar la mente y tomar consciencia del momento presente y de las sensaciones que sentimos en nuestro cuerpo.

Ahora sabemos que somos nosotros los que generamos los pensamientos y podemos elegir lo que deseemos pensar. 

Con los pensamientos más inconscientes que nos limitan y nos llevan a situaciones dolorosas, también resultaría muy beneficioso cambiarlos. 

Si quieres cambiar este tipo de pensamientos que sientes que te limitan o incluso te perjudican, cuanta conmigo, dispongo de técnicas específicas y muy eficaces para realizar estos cambios generativos.

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DECISIONES

Decisiones y conflictos

Cuando se nos presenta una situación en la vida en la que tenemos que tomar una decisión importante y no tenemos claro cómo actuar, nos podemos encontrar ante un dilema.

Este tipo de pensamiento desencadena, a nivel mental, un debate interno entre las opciones que estamos barajando. Se valoran los pros y contras de cada una de las opciones, y con cada vuelta de tuerca, se va creando un estado de confusión mayor, y por tanto un mayor malestar. 

Pueden pasar días o incluso semanas hasta que lleguemos a una conclusión más o menos razonada, para finalmente tomar esa decisión. Y a veces ocurre que no se está seguro si se tomó la decisión más acertada y esto puede llegar a producir un estado de nerviosismo o ansiedad.

¿Cómo saber cuál el la mejor decisión?

Un aspecto a tener en cuenta es que normalmente sólo vemos dos posibles resultados o decisiones ante una situación y esto crea un conflicto en nuestra mente. Una buena manera de solucionarlo es valorar más opciones, de esta forma salimos del dilema y abrimos un abanico de posibilidades, deshaciendo el conflicto entre las dos partes.

También es importante saber que, en la mayoría de los casos, nuestro inconsciente tomó la decisión en el mismo instante en el que se formuló la propuesta. Lo que ocurre es que no somos conscientes de ese primer impulso o intuición que apareció y que de forma inmediata acallamos en nuestra mente.  Existe un ejercicio muy eficaz en PNL que consiste en acceder a ese instante y hacerlo consciente.

Una vez tomada la decisión, una manera de saber si esta es la correcta sería preguntar a nuestro cuerpo. Para ello, puedes cerrar por un instante los ojos, tomar consciencia de tu respiración y pensar en tu decisión... si sientes tranquilidad, tu pulso se relaja y tu respiración se va haciendo más profunda, sabrás que vas por muy buen camino.

Como vemos, si entendemos cómo funciona la mente, podemos vivir este tipo de situaciones como una oportunidad de aprendizaje, de toma de consciencia y conocernos mejor para actuar de una manera más óptima.

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USAR «NO»

 

El uso del «NO»

Todos sabemos que el uso del «no» en una oración o frase hace que ésta se convierta en negativa y cambie su significado a lo opuesto. 

Pero, ¿sabías que nuestro cerebro no registra la palabra «no» en el contexto de una frase?.

Quizás la mejor manera de comprender su uso es mediante unos ejemplos y así podremos darnos cuenta de cuándo es más conveniente utilizarla.

Si alguien te sugiere: "no pienses en una manzana", y "no la visualices de color rojo", ¿qué ocurre en tu mente?, ¿te estás dando cuenta de lo que estaba sucediendo a medida que ibas leyendo?. Lo más probable es que instantáneamente te hayas puesto a pensar en una manzana y que al seguir leyendo la visualizaras roja. 

Seguramente, hasta que no has leído estas frases, no habías pensado en una manzana roja. Esto se debe a que la negación no se da en las experiencias primarias de las imágenes, sonidos o sensaciones.

Si te dicen: "no olvides comprar tomates cuando vayas al mercado", el cerebro escucha: "olvida comprar tomates cuando vayas al mercado", ¿te ha ocurrido alguna vez que se te olvidara completamente realizar alguna acción cuando te la han planteado de esta manera?, seguramente compraste todo menos los tomates. La manera óptima de decirlo sería: "recuerda comprar tomates cuando vayas al mercado".

Es habitual que quien escucha esa frase, para comprenderla, tiene que experimentar mentalmente cómo olvidar algo, por eso, si quieres conseguir un propósito en concreto, es más apropiado utilizar las frases en positivo.

Por tanto, si te dices a ti mismo: "no quiero enfermar", ¿cómo recibirá la información tu inconsciente?. Como ya hemos visto, tu mente lo traducirá: "quiero enfermar", y la imagen mental que se creará será la de enfermedad.

Es probable que ya puedas darte cuenta de cómo sacar buen provecho del uso del "no" en las comunicaciones contigo mismo y con los demás. 

Muchas personas aprovechan estos conocimientos para persuadir a otros sin que éstos sean conscientes de lo que está ocurriendo. Aunque el diálogo más importante que tenemos es el interno, así que me pregunto:

Y tu, ¿cómo te hablas?.

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EL PODER DE LA ATENCIÓN

Atención, intención y energía

La atención es de gran importancia ya que la usamos a diario, y se puede definir como la capacidad cognitiva que nos permite dirigirnos hacia ciertos estímulos y procesarlos para responder en consecuencia. Se puede decir que nos sirve para crear, guiar y mantener nuestro cerebro activo.

Por otra parte, la intención es el propósito o finalidad con que se procede para alcanzar una meta, y suele estar vinculada al deseo que motiva una acción. 

Según estas definiciones, queda claro que, tanto la intención como la atención, están vinculadas en nuestros procesos mentales.

¿Qué pasa cuando enfocas tu atención?

¿En alguna ocasión has fijado tu atención en algo en concreto y, como resultado, allá donde ibas lo encontraste?. 

Te lo explico con algunos ejemplos; cuando en la familia se está esperando un bebé, cada vez que sales a la calle te encuentras con mujeres embarazadas o con carritos de bebés; o si decides comprar un coche de cierta marca y modelo, allá donde vas ves ese vehículo; o si estás pasando por una enfermedad, de repente encuentras un montón de personas que también han pasado o están pasando por esa circunstancia.

Si te paras a pensar, seguro que encuentras mil ejemplos más como estos. 

Esto sucede porque al enfocar la atención en un aspecto determinado, inconscientemente, tu intención se dirige hacia ahí como si fuese un imán, al igual que la energía de tus pensamientos, de tal manera que pasa a convertirse en tu realidad.

Como puedes ver, quieras o no, seas consciente de ello o no, tu atención va intrínsecamente unida a tu intención y a la energía creadora de tus pensamientos. Por tanto, cuando comprendes cómo funciona este "poder" está en tu mano usarlo en tu mayor beneficio.

Por todo esto, te invito a que a partir de ahora, cuando pienses en algo que no sea beneficioso para ti, tomes consciencia y cambies el enfoque de tus pensamientos.

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IMAGINACIÓN Y REALIDAD

 La importancia de los pensamientos en nuestra realidad.

¿Qué es la Realidad?

Según la definición literal, Realidad es la existencia verdadera y efectiva de algo o alguien. El ejemplo que aparece es:  "la única realidad que conocía era su familia y su trabajo".

Como vemos en el ejemplo, para cada persona, la realidad puede ser diferente según sus experiencias y vivencias, que a su vez vienen condicionadas por sus conocimientos y creencias.  Esto significa que cada individuo percibe la realidad de una manera única.

Todo lo que percibimos pasa por unos filtros internos en nuestra mente y queda registrado en la memoria, luego accedemos a ellos a través de los pensamientos. Al recordar lo vivido,  de toda la experiencia, únicamente recordarás lo que más captó tu atención y las sensaciones que sentiste en aquel momento. Esto nos da una versión muy sesgada de lo que ocurrió en realidad y, además, con el tiempo esta información se va distorsionando más y más. 

Con esto quiero explicar lo alejados que podemos estar de la realidad incluso cuando estamos presentes en un acontecimiento.

¿Qué pasa cuando imaginamos?

Cuando hay una falta de información ante lo que estamos viviendo, nuestra mente activa todos sus recursos para rellenar los huecos que desconocemos y empezamos a imaginar lo que ha pasado en lugar de preguntar.

Una vez nos hacemos la imagen mental de lo sucedido, para nuestra mente es real, aunque diste mucho de la realidad. Y la tendencia habitual es imaginar la peor de las escenas posibles, ¿os suena alguna de estas frases?:

"Llevan cinco horas de viaje y no han contactado, ¿les habrá sucedido algo?", "No me saluda, estará enfadado conmigo", ...

Es por este motivo que en la mayoría de las ocasiones sufrimos más por lo que imaginamos que por la realidad en sí.

Con esta reflexión te invito a que empieces a ser consciente de tus pensamientos, de tal manera que puestos a imaginar, qué tal si imaginas en positivo y así dejarías de sufrir de antemano por situaciones que posiblemente nunca se darán.

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ARQUETIPOS

 Los Arquetipos y la influencia en nuestra vida.

Hablar de arquetipos es hablar de Carl Gustav Jung (Suiza 1875-1961), figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis, fue médico psiquiatra, psicólogo y ensayista, fundador de la escuela de psicología analítica. 

Se le relaciona a menudo con Sigmund Freud, con quien colaboró en sus comienzos. Jung fue un pionero de la psicología profunda, incorporando en su metodología nociones procedentes de la antropología, la interpretación de los sueños, el arte, la mitología y la filosofía entre otros.

A partir de sus experiencias con pacientes, Jung observó patrones repetidos en gran variedad de personas que se correspondían a imágenes arcaicas universales, y en multitud de ocasiones, al analizar la parte más inconsciente de la psique, descubrió que mucha de la información procedía de una sabiduría universal, que se encontraba, en lo que él denominó, el inconsciente colectivo. Estos patrones de comportamiento e imágenes conforman los Arquetipos. 

La existencia de arquetipos se entiende más fácilmente en relatos, arte, mitos, religiones o sueños. Son proyecciones inconscientes del inconsciente colectivo que abundan en las películas, la literatura contemporánea y en las obras creativas del pasado. Actualmente, las películas son una forma de creación de mitos, que reflejan nuestra respuesta a nosotros mismos y a los misterios y maravillas de nuestra existencia.

Los arquetipos como clave de nuestro poder. 

Los arquetipos nos hablan con un lenguaje de mitos y símbolos, son modelos universales de poder derivados de nuestros mitos y creencias que influyen en el modo en que nos planteamos los aspectos de nuestra vida.

¿Te has planteado alguna vez si has sabido siempre que ibas a ser madre o padre?, y si es así ¿cómo lo sabías?, ¿será porque eso es lo que debías ser?...  Puede ser que te consideres una persona guerrera, o sientas que es tu deber defender causas injustas, o tal vez sientes la necesidad de ayudar a quien lo necesite, o quizás tomas el mando ante situaciones desafiantes. Toda esta variedad de respuestas inconscientes que nos impulsan a actuar de cierta manera ante determinadas circunstancias responden a patrones arquetípicos de comportamiento.

Cuando descubres qué arquetipos rigen tu vida es como si te pusieras el traje que estabas destinado a usar, entiendes tu manera de actuar. 

Es interesante conocer los dos aspectos fundamentales de cada arquetipo ya que, como todo en esta vida, existe un aspecto luminoso y otro de oscuridad. Si reconocemos en un momento determinado qué arquetipo está rigiendo nuestra experiencia, podemos vivirlo desde la parte luminosa y aprovecharlo en nuestro beneficio, en cambio si no somos conscientes y nos lleva a vivirlo desde la sombra, la experiencia puede resultar desagradable.

Pongamos un ejemplo: Si se te presenta una nueva oportunidad que implica tomar una decisión importante de cambio en tu vida, es normal que aparezcan ciertas dudas y temores ante tal decisión. Ahora bien, la respuesta interna que le das a estas dudas y temores dependen de cómo gestiones tu arquetipo del saboteador. 

Me explico, el lado luminoso de este arquetipo desvela todas las dudas, temores y problemas relacionados con una posible baja autoestima, poniendo de relieve tu miedo al empoderamiento personal y a los cambios que este producirá en tu vida, de manera que al conocerlos puedes trabajar en ellos y superarlos. En cambio, el lado oscuro del saboteador se manifiesta con una conducta autodestructiva que te impide tomar cualquier decisión por miedo a no ser capaz o no ser merecedor de ese cambio. 

Por tanto, si reconoces este arquetipo tanto en ti como en los demás, es muy sencillo impedir el auto sabotaje, así como no permitirr que los demás te saboteen de manera inconsciente. 

Si te preguntas cuántos arquetipos rigen tu vida te diré que, aunque existen una gran cantidad de arquetipos y posiblemente en algunas ocasiones adoptemos sus comportamientos, se concretan en 12 los que definen nuestra trayectoria de vida desde la niñez.

Al identificar y explorar tus arquetipos puedes entender y conocer mejor tu verdadero yo, es un buen camino de autoconocimiento.

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EL EGO

La palabra latina clásica egō significa ‘yo’

En psicología y filosofía, ego se ha adoptado para designar la conciencia del individuo, entendida ésta como su capacidad para percibir la realidad, por tanto, se relacionaría con los conceptos de conciencia y cognición.

En español, según una explicación simplista de la RAE, el yo señala la realidad personal del que habla o del que escribe y refiere asimismo a todo sujeto humano en su calidad de persona.

Según las afirmaciones y creencias de diferentes tradiciones y perspectivas filosóficas y religiosas, además de la parte consciente de la psique, los seres vivos poseen una entidad inmaterial llamada alma. 

Algunas interpretaciones, como la de Aristóteles, postula que el alma incorporaría el principio vital o esencia interna de cada uno de esos seres vivos, gracias a la cual estos tienen una determinada identidad, no explicable a partir de la realidad material de sus partes.

¿Quién soy yo?

Cuando nacemos venimos dotados de un cuerpo físico, una esencia interna o alma y la capacidad de percibir la realidad, es decir, un ego. Todo esto forma parte de quién soy yo. Si observamos a un bebé, lo vemos perfecto tal y como es, con su cuerpecito, su carácter y su manera de expresarse. 

Claro está que a medida que vamos creciendo, nos van educando dependiendo del ámbito social y cultural en el que vivimos, y vamos desarrollando una personalidad condicionada a esa sociedad. A esta personalidad condicionada la podemos llamar el personaje o la máscara que vamos creando para encajar en el sistema social.  Es este personaje el que va adoptando distintos comportamientos y creencias a lo largo de nuestra vida dependiendo de las situaciones en las que nos encontramos.

Por tanto, el cuerpo físico, la esencia y el ego son partes fundamentales de lo que somos, y pretender renunciar a cualquiera de ellas sería renunciar a quién soy yo en realidad o, lo que es lo mismo, renunciar a nuestro poder personal. 

Cierto es que, en el vocabulario coloquial, ego puede designar el exceso de valoración o de autoestima, que en muchas ocasiones se le da una connotación negativa. Y sin embargo, actualmente, la desvalorización y la falta de autoestima están acarreando muchos problemas e infelicidad a infinidad de personas; así que la cuestión es, ¿será debido a no querer aceptar nuestro ego como una parte fundamental del yo soy?.

En cambio, sí que podemos variar nuestro personaje según nos pueda convenir, sin que afecte al yo soy y sin perder nuestro poder personal. Podemos cambiar nuestros comportamientos, nuestras creencias, adquirir nuevas capacidades y seguir siendo nosotros mismos.

Así que, a partir de ahora, te invito a que te aceptes y te ames tal y como eres, y si algo no te gusta, cambiamos esa cualidad del personaje 😉

COMENZANDO A MEDITAR

Meditación y Respiración

La meditación es una práctica para entrenar la mente o inducir un modo de conciencia con la finalidad de conseguir algún beneficio específico o como un fin en sí misma.

Muchos son los beneficios que se obtienen al meditar. Disminuye la presión, el nivel de estrés y ansiedad, y además es una buena manera de reestablecer nuestro equilibrio interior.

El hecho de ralentizar nuestros pensamientos y estar presente en el aquí y el ahora, sin estar inmersos en las preocupaciones, son los objetivos que pretendemos conseguir.

Todo esto suena genial, pero ¿qué ocurre si nunca has meditado y cuando lo has intentado no pudiste?. Muchas personas comentan que cuando se han propuesto meditar, se han sentido muy nerviosas y han tirado la toalla. Así que mi pregunta sería: ¿te gustaría conseguirlo?

La respiración consciente es la clave.

Una manera muy sencilla de iniciar el camino en la meditación es centrar la atención en la respiración.  Al respirar de manera consciente ponemos el foco de atención en el momento presente, estamos pendientes del ritmo de la respiración y los pensamientos se quedan en un segundo plano.

Mi propuesta es realizar un sencillo ejercicio que podrías probar en cualquier momento del día. Se trata de tomar unos instantes en un lugar tranquilo, donde nadie te pueda molestar, cerrar los ojos y empezar a tomar unas respiraciones profundas, a tu ritmo. 

Ahora, que ya estás en disposición de relajarte, empezamos a contar: inhalamos por nariz en 4 tiempos y exhalamos por nariz en 4 tiempos, repetimos unas 10 veces. 

Seguimos contando para inhalar por nariz en 5 tiempos, retener en 5 tiempos y exhalar por boca en 5, repetimos unas 10 veces. 

Puedes repetirlo las veces que consideres y también es conveniente que, a medida que vayas practicando, vayas subiendo los tiempos. También puedes ir cambiando los movimientos de la respiración: llenando primero los pulmones y luego el abdomen o viceversa. Se trata de ir centrando poco a poco la atención en más aspectos de nuestro cuerpo.

¡Es importante que vayas contando los tiempos de las respiraciones!

Si lo deseas, puedes poner una música relajante, encender unas velas o prender un incienso, el ambiente lo eliges tu.

A medida que vayas avanzando en la realización de estos ejercicios, irás centrando más tu atención en el momento presente y verás que ya te resulta sencillo meditar 😉